Poema "Evocación" de Margarita Ramallo Llaulhé

Te evoco en mis recuerdos, Totoral de mi infancia,
como a través de un velo de tiempo y de distancia...
Te veo como entonces: con tus casitas viejas,
de modestas fachadas y ventanas con rejas;
con tus calles flanqueadas por árboles añosos
que por sobre las tapias se asomaban curiosos;
con tu plácido arroyo de corriente serena,
vertida sobre un lecho de menta y hierbabuena;
con tu plaza sombreada por frondas rumorosas,
ceñida con un cerco florecido de rosas;
con tu sencilla iglesia de torres solitarias,
levantadas al cielo como en muda plegaria.....
Marcaban tu horizonte las curvas de unas lomas,
durmiendo acurrucadas como pardas palomas.
Eras pobre y oscura, vieja villa serrana,
pero el sol te bruñía de luz cada mañana....
Eras humilde y pobre, tendida al pie del cerro
de toscas piedras grises y erguida cruz de hierro.....
¡La santa cruz que aún tiende sus brazos soberanos
a la áspera caricia de los vientos serranos!
¡La santa cruz que aún abre sus brazos redentores
sobre nuestras fatigas, sobre nuestros dolores!
De noche eras silencio. Allá por las esquinas
faroles parpadeaban con luces mortecinas.
La luna te besaba con su boca de plata,
y te cantaban quejas de amor las serenatas.
Y cuando te dormías, por tu calma serena
desfilaba el cortejo de las almas en pena.....
Pasaban, sombra a sombra, trayendo a la memoria
las páginas más bellas de tu pasada historia.
¡Los indios, habitantes primeros de tu asiento,
salvajes como el puma y libres como el viento,
aquellos que plantaron primero sus jalones
en el Cavisacate de los Comechingones!
Venían desde el Norte, marciales, vencedores,
pasando el largo séquito de los conquistadores:
tizonas y corazas, penachos y cimeras...
tal fueron por tus campos las huestes de Cabrera.
Después fue el misionero que austero bendecía
a aquella tribu absorta que nada comprendía...
Los siglos desfilaban...rigieron nuevas leyes...
pasaron capitanes, cabildos y virreyes.
Tal vez por tus caminos pasaron tropas fieras:
¡tambores y clarines! ¡fusiles y banderas!
Y fueron por tus postas pesadas diligencias
llevando las noticias de nuestra independencia.
Más tarde, de entre el caos, surgió el fiero caudillo
que fuera en cada feudo señor de horca y cuchillo.
Sobre un cielo entoldado por nubes de anarquía,
media luna de sangre, se alzó la tiranía...
Y allá por las barrancas, como un son moribundo
se oyó rodar la trágica galera de Facundo!
Ajena a tantas luchas, en sereno destierro,
dormías mientras tanto, respaldada en tu cerro.
Siguió pasando el tiempo que todo lo transforma:
las vidas, las costumbres, todo cambió de forma...
Los hijos de otras patrias llegaron a tu suelo;
te dieron su trabajo, su amor y su desvelo.
¡Hoy es día de fiesta mi Villa bien amada!
Vuelvo la vista en torno y te encuentro cambiada.
Por estas calles tuyas también entró el progreso.
Está mucho más joven, más linda, lo confieso.
Pero nunca te olvides de tu antigua existencia:
guarda tus tradiciones que son tu propia herencia.
Llevas ilustre nombre de patricio y soldado:
¡Haz honor a este título que te ha sido confiado!
¡VILLA GENERAL MITRE! Tu nombre es estandarte.
Levántalo bien alto que ha de glorificarte!
Ya la imagen del héroe se levanta en tu suelo
con su rostro de prócer y su gesto de abuelo...
En él tienes escuela de noble patriotismo,
doctrina de virtudes y ejemplo de civismo.
¡VILLA GENERAL MITRE! La del nombre patricio,
que el porvenir te sea para siempre propicio...
Que rasgue tus entrañas la reja del arado,
y se hagan pan de dicha los oros del sembrado.
Que seáis vosotros, niños, del tiempo en los destinos,
valientes ciudadanos y buenos argentinos.
Dejad junto a ese bronce ofrendas de ternura;
su imagen os bendiga de allá, desde la altura;
¡Su imagen que preside, magnífica de gloria,
una radiante página de argentina historia!
Margarita Ramallo fue Directora de la Escuela Primaria Bartolomé Mitre. Poetisa sensible, querida y respetada en la comunidad.